Esto no es cualquier huerto…El huerto orgánico de My SachaJi sirve una variedad de propósitos. Es un lugar de belleza, donde los huéspedes pueden pasear, disfrutando de una exposición del mejor arte de la naturaleza. Su tranquilidad hace que sea un lugar ideal para la meditación con la brisa que atraviesa el follaje y desprende el suave aroma de la lavanda del jardín. Quien pasa a través de él sentirá el poder crudo de la naturaleza, una conexión con la Madre Tierra a través del suelo y la vida que éste produce.

Las frutas y verduras que produce el huerto son una verdadera tienda vivapara la chef de My SachaJi. Ella puede recoger productos frescos todos los días. Todos los tipos de lechuga, remolacha, acelga, espinaca, rábano, calabaza, amaranto, quinua, apio, perejil, tomates cherry, naranjilla y granadilla, tomate de árbol, aguacate: todo crece aquí en una suave pendiente con una fabulosa vista al lago San Pablo.

¿Qué lo hace especial? En primer lugar, es su sorprendente estética, la forma en espiral desde donde brotala exuberante vegetación que te conduce por su sinuoso sendero.

«Siempre me ha interesado la arquitectura inca y las formas redondas que se desarrollaron en territorio ecuatoriano,»explicó recientemente a la revista CLAVE la propietaria y fundadora de My SachaJi, María Teresa Ponce. «El huerto orgánico de frutas y vegetales fue diseñado con cinco círculos, que en numerología se refieren al cuerpo. Cinco es también el número utilizado en la proporción de una columna dórica.»

Luego está el hecho de que es orgánico. Sin productos químicos, sin fertilizantes artificialesni pesticidas: sólo la materia viva de la naturaleza. El jardinero de My SachaJi de seis años, Armando Lozano, explica que la tierra aquí vive.

“El suelo es un ser vivo: está compuesto de microorganismos. Son como insectos que viven debajo…Nuestra Madre Tierra respira. Por eso hacemos fertilizantes orgánicos que no maten a estos insectos y que cuiden de la tierra. Si no hubiera esos microorganismos, la Tierra estaría muerta. Si metemos productos químicos en ella, la envenenamos,” dice.

Armando ha estado practicando la agricultura orgánica toda su vida, usando técnicas ancestrales.

«He trabajado con la tierra desde que nací, porque mi abuela era agricultora. Trabajamos con lo que Dios nos dio, sin entrenamiento… nada de eso.”

“La agricultura orgánica mi abuela me la transmitió. Hacía toda la fertilización, tendía a los pollos, cuyes [conejillos de Indias] yvacas. Sembraba todo. Pero ni ella, ni sus antepasados, tuvieron entrenamiento. Experimentaron por su cuenta. Por ejemplo, para desinfectar sólo usaban ceniza,»explica.

No es sólo la tierra que se beneficia de la agricultura libre de químicos. Las investigaciones muestran que los alimentos cultivados orgánicamente reducen nuestra exposición a ingredientes carcinógenos; contienen más grasas saludables; no contienen antibióticos peligrosos y pueden contener más antioxidantes.

«Es muy importante tener un huerto. Pero tiene que ser orgánico, sin productos químicos. ¿Por qué? Porque los productos químicos traen enfermedades como el cáncer y las alergias,» dice Armando.

«Pero si usted tiene un huerto con fertilizantes orgánicos, está comiendo de manera saludable, está prácticamente alimentándose de medicina. ¡Todo lo natural es medicina! Sin darnos cuenta, nos curamos a nosotros mismos.”

Para Armando, la agricultura orgánica y la alimentación no son en absoluto una moda, sino una forma de vida, con principios rectores compartidos por todos quienes conforman la familia de My SachaJi, principios que incluyen una fuerte conexión con la tierra; un profundo aprecio al planeta; un rechazo hacia lo artificial; y una conciencia de lo que entra en el cuerpo.

«Es maravilloso trabajar en el huerto,» dice:“es parte de mí, de mi cuerpo. Estoy muy contento, muy feliz tocando y acariciando la tierra todos los días. La tierra, el viento y el sol son la clave de mi supervivencia.»